Mostrando artículos por etiqueta: Asturias
El Centro Asturiano de La Habana
Esta es la situación en Asturias allá por 1885 y éste el sentir de los miles de asturianos emigrados en Cuba.
"Despedíase el año 1885 dejando en Asturias estela de desventuras. Asturias sufría los rigores de espantosa miseria con sus cosechas agrícolas arrasadas por tempestades de nieve y granizo, con sus ganados famélicos, exhaustos, y sin reservas en los graneros, ofreciendo desolador conjunto de pobreza. Aquellos infelices labrantines clamaban auxilio de los poderes públicos y de la caridad particular, socorro para impedir la muerte por hambre de sus animales de labranza; socorro a fin de no perecer ellos, asimismo, de inanición sobre la tierra un tiempo fecunda y entonces transformada en páramo inhóspito y cruel. Al rigor del temporal, alud que apenas dejara en pié nada de valor, siguieran alarmantes brotes epidémicos, tifus y viruela… Así comienza el Libro del Centro Asturiano de la Habana 1886-1927 editado en 1928.
Y sigue: todo se conjuraba, pues, para que fuese espantosa la situación … Los asturianos residentes en la Habana, no quisieron mostrarse indiferentes ni retraídos. Las noticias de lo que allá pasaba herían lo íntimo de sus entrañas… Y surgieron presto Juntas de socorros. Y estas Juntas amén de ir de puerta en puerta impetrando dádivas, pusieron sus miradas en la "Sociedad Asturiana de Beneficencia", constituida en Agosto de 1877 … ¿A quién recurrir con más probabilidad de éxito? Empero, no sucedió así. El desencanto entre gran parte de la colonia fué enorme. No se esperaba semejante negativa.
Estallara, pues, el cisma, la discrepancia fundamental que había de traer la creación del Centro Asturiano de La Habana.
Un semanario, "El Heraldo de Asturias", del que eran director D. Lucio Suárez Solís y administrador don Manuel Fernández Santa Eulalia, ambos avilesinos, sintetizó estas ansias en artículo titulado "La Solución"—21 de Marzo de 1886—trabajo leidísimo y comentado de muy diversos modos por censurarse en él franca y rotundamente a la Beneficencia y decirse ya, de manera resuelta: "visto que, sea por defectos en su organización, por negligencia en sus directores o por otra causa cualquiera esa sociedad no responde como debiera a las necesidades de la provincia y de la colonia, creemos que la fundación del Centro Asturiano se impone de una manera fatal e inevitable. A grandes males, grandes remedios".
Por fin, el 2 de mayo, cincuenta asturianos se reúnen y asientan las bases del futuro Centro Asturiano. En los siguientes días se aprueba el reglamento de la Asociación y el 24 de junio se celebran las primeras elecciones para Junta Directiva, siendo elegido el Excmo. Señor D. Diego González del Valle presidente del flamante Centro Asturiano de La Habana
Fomentar y estrechar lazos de unión y vínculos de compañerismo entre los naturales de la provincia de Asturia y sus descendientes (…) proporcionar a los asociados asistencia en sus enfermedades; instrucción y lícito recreo (…) . Con ese sentido el Centro Asturiano adquirió en 1895 una gran casa-quinta en el conocido barrio de El Cerro de La Habana, para instalar una clínica de salud, que fue bautizada con el nombre de Covadonga. La quinta Covadonga, que hoy lleva el nombre de Hospital Salvador Allende, fue uno de los más grandes empeños y logros de la recien creada asociación .
En el palacio del Marqués de la Vega de Anzo, antiguo casino español en La Habana, se instalaron los Asturianos el 8 de diciembre de 1892. Unido al cuerpo del edificio se encontraban el Teatro Albisu que los asturianos transformarán en el teatro Campoamor.
El destino hizo que el 24 de octubre de 1918 un voraz incendio destruyera totalmente el edificio y la desaparición del teatro en el proyecto de construcción de la nueva sede.
«El Teatro de Campoamor, meses ha señorial y gallardo, ha sido derribado por implacable piqueta. 4.100 pesos es lo que produjo en subasta cuanto en él se contaba de aprovechable: sillería, lámparas, telones, puertas…, bien poco, en verdad. Sic transit gloria mundi est… Las glorias de este mundo no son (ay!) perdurables… De aquel magnífico coliseo, por cuya escena desfilaron los más eminentes artistas y en cuya sala se daba cita lo más granado de la sociedad habanera, no queda nada. Sólo su recuerdo persistirá durante algún tiempo. Luego, más tarde, en el devanar de los años, ni eso. Si acaso, alguna referencia en los periódicos hablando de la ciudad antigua» (Libro del Centro Asturiano de La Habana 1886-1927)
Este desastre no amilanó a los asturianos, nada más lejos. Los miembros de la sociedad asturiana, publicaron comunicados cargados de optimismo, donde abogaban por la construcción de una nueva sede. (…) Los socios del Centro Asturiano, henchidos de fogoso patriotismo nacional, férrea voluntad regional, saturados al mismo tiempo de procedimientos e ideas modernas, quieren un palacio digno de glorificar a su tierra extranjera y de embellecer el país en que amorosamente convivimos. (…) desmentiríamos nuestra estirpe si en esta hora solemne de la historia social no levantáramos un monumento que, hablando a las futuras generaciones, muestre el esfuerzo y la legendaria acometividad de los asturianos en Cuba ( CIMA, E., RODRÍGUEZ, L. R., RODRÍGUEZ, J., FERNÁNDEZ, N. y PRUNEDA, I., “Para construir el Palacio de Asturias”, La emigración española (Madrid, 1918) - n.24 )
El resultado fue la construcción de un centro a lo grande, uno de los más bellos e impresionantes palacios que aún se conservan en La Habana y que es en la actualidad el Museo Nacional de Bellas Artes.
Gran vitral del Centro Asturiano de La Habana (Cuba)
Desde Méjico – Don Iñigo Noriega Laso
¡Archivos!
La difusión de los archivos históricos en internet es un impresionante salto hacia delante, nadie lo duda ya. Elimina las barreras del tiempo y el espacio y con ello los archivos abren sus puertas sin horarios ni limitaciones y ofrecen sus fondos a todo el mundo en cualquier momento del día. Ya hay un pequeño número de ayuntamientos que se han lanzado a digitalizar sus archivos históricos y nos gustaría felicitar a todos aquellos que han invertido tiempo y recursos facilitando así su acceso a los investigadores.
Diario de Navegantes se fija hoy en una joya de la prensa asturiana: El Oriente de Asturias. Desde su nacimiento en 1868, cada semana y durante 146 años, fue el principal medio de comunicación para la emigración asturiana en América pues les contaba lo que pasaba aquí, en la tierra que dejaron.
El ayuntamiento de Llanes ha digitaliza este archivo y es accesible desde Hemeroteca El Oriente de Asturias Así que los lectores interesados tienen desde ahora a su disposición 5.216 ejemplares de El Oriente de Asturias en sus casas.
Diario de Navegantes ha rescatado hoy la página nº 8 de 21 de marzo de 1953, se trata de un artículo de Antonio Martínez Cuétara sobre la figura de Iñigo Noriega Laso. Lo hemos resumido pero el artículo completo está aquí en la página nº8
Dice así: "Iñigo Noriega Laso nació en Colombres en 1853. Marchó a Méjico muy joven llevando como único bagaje la instrucción primaria, una honradez acrisolada, un afán incontenible de lucha, un deseo indomable de triunfo, un corazón bien templado y el recuerdo de su bravía tierra asturiana, alta como los Picos de Europa, tormentosa como su mar Cantábrico y apacible como sus campiñas de verde esmeralda.
Fue dependiente tras el mostrador de un abarrotero. En la inmensidad del Nuevo Mundo, todo su horizonte se reducía a aquel mostrador, que le servía de camastro...
Marchando resuelto por la senda que el destino le había señalado, medio resignándose con su suerte, continuó trabajando en el ramo de comestibles y bebidas y contaba con poco menos de treinta años cuando estando al frente del Borrego (la adquirió en 1871 a la edad de 18 años), cantina situada en la Calle de Pelma, hoy Avenida Madero, en México D. F. sucedió lo siguiente: El Borrego no cerraba hasta altas horas de la noche o bien permanecía abierto hasta la madrugada. Un día el gobernador del distrito federal decretó que los establecimientos que servían bebidas alcohólicas debía cerrar sus puertas a las nueve de la noche. Iñigo, entonces, tomó una determinación que influyó para siempre en su vida: quitó las puertas de su cantina y dijo que no podía cerrar. No habiendo puertas, no había modo de cerrarlas.
El caso llegó a oídos del propio presidente de la República, general Porfirio Díaz, quien recibió en audiencia al tenaz asturiano y viendo que era hombre que le convenía, le aconsejó paternal aunque enérgicamente: «Mañana mismo manda usted colocar las puertas de su establecimiento, porque con el Gobierno, a la corta o a la larga, siempre se pierde, y cumpla con las disposiciones del señor Gobernador. Pero, ¿por qué no piensa usted en otros negocios de mayor importancia que una cantina o una tienda?».
Una sugestión como ésta hecha a semejante hombre no podía caer en el vacío “Señor, tengo en la cabeza proyectos que beneficiarían grandemente a México…pero necesito una orden suya para visitarle sin audiencias ni antesala” y así fue.
Al poco tiempo le presentó el proyecto de desecación del lago del Chalco, semillero de paludismo, para convertirlo en una fértil hacienda agrícola que proveería de cereal y leche a la ciudad de México."
A partir de aquí su vida fue otra y el cantinero pasó a convertirse en gran hacendado, hombre de negocios y amigo personal del presidente Porfirio Díaz.
Fuente: El Oriente de Asturias, 21 de marzo de 1953, Antonio Martínez Cuétara
Asturias y sus límites
“…Para hablar con exactitud de Asturias, hay que combatir, previamente, un error. Asturias no termina en los límites que se señalan dentro del mapa de España; es muchísimo más. Es Asturias un gran trozo de Madrid(…) y una gran parte de Cuba, de la Argentina y de Méjico, un barrio de Nueva York, casi toda la ciudad de Tampa, y etc, etc.
Si pensamos en el número de asturianos que hay por el mundo y en la riqueza que poseen, nos damos cuenta de que Asturias tiene, fuera de sus límites, acaso tanto como dentro de ellos.
Puede asegurarse que si un buen día todos los asturianos realizasen el sueño de regresar a la ‘Tierrina’, no cabrían en ella; habría que ensanchar las ciudades, aumentar las villas y multiplicar las aldeas; y si trajesen consigo las riquezas que poseen, Asturias sería, además de la tierra más poblada, la más rica"
Autor: Valentín Andrés Álvarez
Libro: Guía espiritual de Asturias (editorial Nebrija, 1978 )
El Rediezcubrimiento de México
“Ceferino Díaz Fernández, para servir a Dios y a ustedes. […] Vine al mundo un día de nieve y ventisca del mes de enero de 1910, en un pueblecito llamado Pola de Somiedo, Asturias. […]
A base de palmetazos y coscorrones me enseñó las primeras letras un tal don Cipriano, que era el maestro del pueblo y tenía malo el aliento. La escuela quedaba muy en las afueras de la aldea, y aún recuerdo el suplicio que significaba emprender la caminata, tiritando de frío, para llegar al destartalado edificio […] Sin embargo, fue en aquella frígida sala de tormentos en donde vi por primera vez el lienzo maravilloso, con sus nombres enrevesados y sus manchones de colores, que para todos los rapaces del pueblo era imán irresistible, panal de promesas y faro de esperanza: el mapa de América. […]
A pesar de mi corta edad, yo había oído hablar mucho de América y especialmente de México, ya que éstos eran tema de constante conversación en el pueblo. No había familia que no tuviese un tío, un hermano o un hijo en ultramar. América era la tierra fabulosa donde ataban a los perros con longaniza y las calles estaban empedradas de oro. Allá marchaban los zagalones sin más avío que la boina y una muda de repuesto y a los pocos meses empezaban a mandar giros y cheques…”
Pasajes del libro El redescubrimiento de México
Autores: Ceferino Díaz Fernández en colaboración con Marco A. Almazán
Y si queréis pasar un rato muy muy entretenido os dejamos el enlace a la película con el inigualable Alfredo Landa
La Sauteña y Río Bravo
La vida de Iñigo Noriega daría para cientos de relatos y películas al estilo de John Ford o John Huston. Como si fuera el esbozo, una idea, a partir del cual desarrollar un guión cinematográfico os dejamos con Río Bravo y La Sauteña. La primera imagen cuenta el inicio, la última ya es Río Bravo.
Íñigo Noriega Laso es uno de los personajes más interesantes de la inmigración asturiana a México en el siglo XIX. Su vida está inundada de incidentes, de aventuras, de contradicciones y hasta de tragedias. Amigo del presidente Porfirio Díaz (ya contaremos cómo se conocieron), se desarrolló en los negocios de una manera sorprendente, tanto que a principios del siglo XX (1906) su fortuna se calculaba en sesenta millones de pesos (de aquellos), con bienes raíces en la Ciudad de México, haciendas, minas, fábricas, bancos, etc.
El proyecto más grande de su vida fue quizás el de La Sauteña, un plan ambicioso y visionario, surgido en 1888, cuando adquirió el antiguo fundo de El Sauto, una propiedad de unas ochocientas mil hectáreas de terreno en el norte del estado de Tamaulipas en México, al que denominó La Sauteña.
Se situaba entre el río Conchos o San Fernando y el río Bravo, entre el mar y el límite con lo que era el Nuevo Reino de León.
El Sauto tiene una historia muy larga, cambio de manos varias veces hasta que, a finales del siglo XIX durante el porfiriato, la tomó en sus manos Iñigo Noriega que proyectó una ciudad industrial a la vera del ramal de ferrocarril Matamoros-Monterrey, en la Estación Ébano, con 50 familias para el poblado inicial al que, en recuerdo de su pueblo natal lo llamó Colombres. En este Colombres mexicano instaló la base de operaciones del proyecto y una magnífica edificación de tres plantas en ladrillo.
El proyecto que ideó Íñigo Noriega rompía con la forma de explotación en las haciendas mexicanas pues consistía en el aprovechamiento del enorme territorio mediante su poblamiento: con 5.000 inmigrantes europeos y 2.000 rusos, a quienes se les otorgarían parcelas para la explotación agrícola y ganadera con sistemas de regadío, aperos de labranza, dinero y una casa.
Este ambicioso plan se derrumbó en mayo de 1913, cuando tropas revolucionarias ocuparon Colombres y por ende La Sauteña. Salió de México en 1914, sus propiedades y empresas fueron intervenidas y sólo regresó en 1919 para morir un año después.
Hoy día, aquel Colombres de Íñigo Noriega es la Ciudad de Río Bravo, Tamaulipas, con una población aproximada de 100.000 habitantes.
José María García Báez
Cronista de Río Bravo
Fotografías de la Sauteña y vista aérea de Río Bravo cortesía de Enrique Esparza Peña
Tortos y tortillas de maiz
México y Asturias !! tortos y tortillas de maiz ¡¡
¿Sabíais que fue el asturiano Gonzálo Méndez de Cancio quien introdujo el maiz en la península ? Pues sí, el Boletín de la Real Academia de Historia de 1953 publicó la noticia: el maíz, cultivo propio de América, llegó a Europa en 1604.
González de Cancio fue un valeroso marino español entre cuyas muchas glorias figura la de haber derrotado a Francis Drake en 1595 defendiendo la fortaleza de San Juan de Puerto Rico. Al año siguiente fue nombrado gobernador de La Florida.
En enero de1604 regresó a su Asturias natal con dos arcas llenas de maíz que fue sembrado en sus tierras de Tapia de Casariego, por lo que la primera cosecha de maíz asturiano, fue en 1605
Los indígenas taínos del Caribe lo llamaban mahís que significa “lo que sustenta la vida” y en Asturias podemos decir que hizo honor a su nombre.
El cultivo del maíz, se extendió rápidamente por toda la región y no solo libró del hambre ancestral a generaciones enteras de asturianos, sino que llegó a ser exportado a otras zonas de España, en las que la escasez de cereales amenazaba con causar estragos.
Tres siglos después, a primeros del siglo XX, seguía siendo un alimento básico, junto con las patatas y “les fabes”.
Qué visión de futuro la de Gonzalez de Cancio arribando a su tierra asturiana con esas dos arcas de maiz americano pensando que nos vendrían bien.
¡ Gracias América !
A Cuba me voy
Fecha: septiembre de 1863
Barco: Bergantín Habana - Pasaje a La Habana
“Esta madrugada parte del puerto de Ribadesella el bergantín. Va a Cuba con carga y pasaje que en su mayoría se compone de jóvenes de la zona, riosellanos y llaniscos, campesinos de escasos recursos económicos. Si los vientos son favorables El Habana hará el viaje en 23 días, con tormentas y vientos contrarios la travesía podría durar incluso más de 50 días ¡y qué días!
En la lista de pasajeros aparecen estos nombres: Ladislao Ibáñez, Valentín Fernández, José Tames, Genaro Bustillo, Juana Rozas de Roiz y sus cinco hijos, Juan de Cué, Francisco Llaca y Juan Noriega. Todos son de pueblos y aldeas de Llanes.
Van subiendo a la cubierta del bergantín que se mece sobre las olas. En las noches de travesía se contarán historias que han oído mil veces en las tabernas del puerto y en cartas que trae El Habana, en su viaje de regreso, de los parientes y amigos que marcharon antes que ellos.
La gente se arremolina en el puerto para despedirlos y se escucha entre el rumor del bullicio la letra de una habanera:
“Me voy a Cuba / dejo mi aldea /en el 'Habana' / voy a partir. / Saldré temprano / con la marea / de madrugada / en el bergantín.
Antes de irme / ya siento pena / de estar mañana / lejos de aquí. / Toda la noche / Ribadesella / quiero pasarla / pensando en ti…”
(Autor de la Habanera Toni Silva-coro La Fuentina de Ribadesella)
Iñigo Noriega Laso
Listado de embarque
La emigración española abarrotó buques como El Reina María Cristina en su ruta al puerto mexicano de Veracruz durante el período 1880 a 1930.
Este es un listado de emigrantes (registrados) que embarcaron el 20 de noviembre de 1912 en Gijón. Dieciséis asturianos con edades comprendidas entre los 14 y 29 años. Todos jornaleros.
No cuesta mucho imaginar la travesía. Días y días, durmiendo en sollado, los más afortunados en tercera ¿regresarían algún día?
El documento original forma parte de los fondos custodiados en el Archivo General de la Administración (AGA) y su copia digital es accesible desde la base de datos www.navegante.es