¡Archivos!
La difusión de los archivos históricos en internet es un impresionante salto hacia delante, nadie lo duda ya. Elimina las barreras del tiempo y el espacio y con ello los archivos abren sus puertas sin horarios ni limitaciones y ofrecen sus fondos a todo el mundo en cualquier momento del día. Ya hay un pequeño número de ayuntamientos que se han lanzado a digitalizar sus archivos históricos y nos gustaría felicitar a todos aquellos que han invertido tiempo y recursos facilitando así su acceso a los investigadores.
Diario de Navegantes se fija hoy en una joya de la prensa asturiana: El Oriente de Asturias. Desde su nacimiento en 1868, cada semana y durante 146 años, fue el principal medio de comunicación para la emigración asturiana en América pues les contaba lo que pasaba aquí, en la tierra que dejaron.
El ayuntamiento de Llanes ha digitaliza este archivo y es accesible desde Hemeroteca El Oriente de Asturias Así que los lectores interesados tienen desde ahora a su disposición 5.216 ejemplares de El Oriente de Asturias en sus casas.
Diario de Navegantes ha rescatado hoy la página nº 8 de 21 de marzo de 1953, se trata de un artículo de Antonio Martínez Cuétara sobre la figura de Iñigo Noriega Laso. Lo hemos resumido pero el artículo completo está aquí en la página nº8
Dice así: "Iñigo Noriega Laso nació en Colombres en 1853. Marchó a Méjico muy joven llevando como único bagaje la instrucción primaria, una honradez acrisolada, un afán incontenible de lucha, un deseo indomable de triunfo, un corazón bien templado y el recuerdo de su bravía tierra asturiana, alta como los Picos de Europa, tormentosa como su mar Cantábrico y apacible como sus campiñas de verde esmeralda.
Fue dependiente tras el mostrador de un abarrotero. En la inmensidad del Nuevo Mundo, todo su horizonte se reducía a aquel mostrador, que le servía de camastro...
Marchando resuelto por la senda que el destino le había señalado, medio resignándose con su suerte, continuó trabajando en el ramo de comestibles y bebidas y contaba con poco menos de treinta años cuando estando al frente del Borrego (la adquirió en 1871 a la edad de 18 años), cantina situada en la Calle de Pelma, hoy Avenida Madero, en México D. F. sucedió lo siguiente: El Borrego no cerraba hasta altas horas de la noche o bien permanecía abierto hasta la madrugada. Un día el gobernador del distrito federal decretó que los establecimientos que servían bebidas alcohólicas debía cerrar sus puertas a las nueve de la noche. Iñigo, entonces, tomó una determinación que influyó para siempre en su vida: quitó las puertas de su cantina y dijo que no podía cerrar. No habiendo puertas, no había modo de cerrarlas.
El caso llegó a oídos del propio presidente de la República, general Porfirio Díaz, quien recibió en audiencia al tenaz asturiano y viendo que era hombre que le convenía, le aconsejó paternal aunque enérgicamente: «Mañana mismo manda usted colocar las puertas de su establecimiento, porque con el Gobierno, a la corta o a la larga, siempre se pierde, y cumpla con las disposiciones del señor Gobernador. Pero, ¿por qué no piensa usted en otros negocios de mayor importancia que una cantina o una tienda?».
Una sugestión como ésta hecha a semejante hombre no podía caer en el vacío “Señor, tengo en la cabeza proyectos que beneficiarían grandemente a México…pero necesito una orden suya para visitarle sin audiencias ni antesala” y así fue.
Al poco tiempo le presentó el proyecto de desecación del lago del Chalco, semillero de paludismo, para convertirlo en una fértil hacienda agrícola que proveería de cereal y leche a la ciudad de México."
A partir de aquí su vida fue otra y el cantinero pasó a convertirse en gran hacendado, hombre de negocios y amigo personal del presidente Porfirio Díaz.
Fuente: El Oriente de Asturias, 21 de marzo de 1953, Antonio Martínez Cuétara